El enojo en los niños podría ser una manifestación de algo que les está afectando, y que no están logrando enfrentar adecuadamente. Para abordar este tema, es importante empezar por diferenciar el enojo de la malacrianza. El enojo es un sentimiento defensivo que aparece cuando el niño experimenta sentimientos de temor, tristeza, inseguridad o impotencia hacia algo o alguien, y su objetivo primordial es impulsarlo a poner fin a lo que provoca la amenaza.
Por su parte, lo que llamamos malacrianza es una forma inadecuada de reaccionar cuando el niño se siente frustrado. En este caso, no necesariamente hay un amenaza de fondo, y más bien el niño debe aprender a tolerar la frustración y a actuar de forma asertiva. Hay diversas situaciones que podrían motivar el enojo en los niños, como cuando están siendo víctimas de una o de varias formas de abuso: emocional, físico, sexual o patrimonial. Esto puede darse tanto en su propio hogar como en cualquiera de los espacios donde se desenvuelve, y puede ser cometido tanto por otros niños como por personas adultas.
Es responsabilidad del padre y la madre, o de las personas encargadas, establecer cuál puede ser la fuente u origen del enojo del niño. Para ello, lo mejor es invitarlos a hablar, ofreciéndoles una escucha activa, respaldo y comprensión. En ocasiones, puede que esto no de resultado, ya que el niño puede experimentar tanto temor, vergüenza o culpa por lo que le está pasando, que le resulta extremadamente difícil referirse al respecto. En este caso, lo recomendable es recurrir a ayuda profesional. Los padres pueden hacer mucho ante el enojo de los niños. Algo indispensable es que hagan un examen de conciencia y analicen sus propias actitudes hacia éstos. En este sentido, hay que recordar que vivimos en una sociedad adultocentrista, es decir, que gira en torno a la visión del mundo, las necesidades y las expectativas de las personas adultas. Esto puede dificultar que visualicemos a nuestros hijos en su dimensión de niños o niñas, y que invisibilicemos sus derechos, necesidades y anhelos.