La homofobia internalizada es resultado de la homofobia social. Cuando la persona se reconoce como gay, lesbiana, bisexual y/o transgénero puede dirigir hacia sí misma una serie de sentimientos que genera la homofobia social, como el odio, el rechazo y el miedo, lo que a su vez podría afectar gravemente su autoestima y auto concepto.
En psicoterapia el tratamiento inicia por desmitificar, o someter a un análisis riguroso, los prejuicios y estereotipos sobre los que descansa la homofobia social, para determinar que se trata de ideas infundadas desde el punto de vista científico. Luego, por lo general, se entra en una etapa donde se aborda el impacto emocional de la homofobia internalizada, y cómo ha podido afectar a la persona.
Cuando se comprende que no hay motivo alguno para sentir rechazo, miedo o culpa por la propia orientación sexual y/o identidad de género, es factible entonces revisar temas como relaciones de pareja y proyecto de vida. Esto porque, como sabemos, estas dos áreas tan importantes de la vida están condicionadas por códigos heteronormativos en nuestra sociedad, por lo que hay que reconsiderarlas desde la perspectiva del estilo de vida que cada persona decida tener.
El abordaje también puede implicar tocar temas tan importantes como las relaciones familiares, las relaciones con compañeros(as) de estudio y trabajo y la vivencia de la espiritualidad como una necesidad humana. La homofobia interiorizada se puede superar. Las ganancias y ventajas de hacer este trabajo son de incalculable valor, puesto que se sientan las bases que sustentarán no solo la auto aceptación, sino también del orgullo y la satisfacción de ser quien se es.
Publicado en Revista Gente 10