La disfunción eréctil es la incapacidad de obtener o mantener una erección el tiempo suficiente para lograr una relación sexual satisfactoria. En la actualidad se calcula que afecta a más del 50 por ciento de los hombres entre los 40 y 70 años, y aproximadamente al 70 por ciento de los que sobrepasan los 70 años. Las causas de la disfunción eréctil pueden ser clasificadas en dos grupos: orgánicas y psicológicas. Las causas orgánicas y los factores de riesgo de padecer una disfunción eréctil incluyen problemas vasculares, diabetes, hipertensión, disturbios neurológicos como la esclerosis múltiple y el alcoholismo crónico. A estos se añaden un consumo importante de tabaco, traumas a nivel de pelvis y lesión de la columna vertebral, anomalías hormonales y otras condiciones médicas y quirúrgicas. Por su parte, las causas psicológicas de la disfunción eréctil incluyen factores como el estrés, la ansiedad, la depresión y la relación con la pareja.
Asociados a estos, existen factores vinculados con la forma en que se construye la sexualidad masculina, la que por lo general contiene una serie de mitos y estereotipos. Entre estos encontramos que el hombre sexualmente potente es aquel que posee un pene grande, que siempre tiene deseo, que logra satisfacer plenamente a su pareja y que es capaz de pasar toda una noche teniendo relaciones sexuales, entre muchos otros. No son pocos los casos en que dichas ideas –que pueden generar múltiples inseguridades- se traducen en una carga psicológica tal que puede imposibilitar la erección. Tampoco debe descartarse experiencias traumáticas y conflictos no resueltos en torno a la sexualidad.
En resumen, la erección también depende de una respuesta psicológica apropiada a la estimulación sexual. Ambas causas, orgánicas y psicológicas podrían presentarse juntas, por lo que es de suma importancia tomarlas en consideración a la hora de buscar ayuda profesional. A pesar de que la disfunción eréctil es tan común entre los hombres, se calcula que menos del 10 por ciento de quienes la sufren consultan con especialistas, una señal más de los enormes prejuicios y temores que, de forma oculta y silenciosa, se viven en la sexualidad masculina.