Doña María, una señora de 60 años, me consulta porque desde que se casó el último hijo que le quedaba soltero, se ha sentido inútil, deprimida y piensa que ya no es importante para nadie, lo que de paso ha afectado la relación con su esposo. Lo que doña María presenta es el Síndrome del Nido Vacío, que consiste en una serie de cambios en el estado de ánimo que experimentan muchísimas mujeres luego de que sus hijos se van de la casa. En buena parte, éste tiene su origen en la educación que las mismas reciben desde niñas, según la cual uno de los roles más importantes, sino el primordial que deben de desempeñar durante su vida, es el de madres.
Esta responsabilidad puede tomar, en promedio, de veinticinco a cuarenta años de la vida adulta de la mujer, pues inicia con la crianza de los hijos y culmina con la satisfacción de muchas de sus necesidades luego de convertirse en adultos, y mientras vivan bajo el mismo techo. Esto hace que muchas mujeres dediquen su vida a su hogar y a quienes le rodean, y que descuiden, en ocasiones por completo, sus propias necesidades, anhelos y aspiraciones. Me contaba doña María que: “la carga de trabajo es tanta y por tantos años que ni siquiera me acordaba que yo existía. Ahora más bien no sé que hacer con tanto tiempo disponible.”
En este tipo de casos, es de vital importancia que la persona reconozca que ha llegado al final una etapa de su vida, que debe superar esa pérdida, aceptar sus nuevas circunstancias y seguir adelante. A pesar de que al principio no lo consideran así, es mucho lo que estas mujeres pueden hacer para superar este síndrome. Si se trata de una persona adulta mayor, puede integrarse a un grupo que le ofrezca la posibilidad de utilizar su tiempo disponible adquiriendo conocimientos y desarrollando diversas destrezas, como pueden ser artísticas, artesanales o de cualquier otro tipo. Hay que recordar que el ser humano nunca termina de aprender. Su capacidad para crecer es ilimitada, por lo que esta etapa de la vida, si se asume de manera positiva, puede ser una época para reencontrarse, asumir nuevos retos y disfrutar esta nueva forma de transitar por la vida.