• Comunicación está ausente
Familias están cada vez más dispersas
• El ritmo de vida y otros factores hacen que las familias ya no compartan juntas ni siquiera breves momentos al día
Angie López Arias
alopez@prensalibre.co.cr
Foto: Photos.com
¿Hace cuánto usted no conversa con sus hijos?, ¿Sabe como les va en la escuela o el colegio?, ¿Cómo hijo o hija se ha sentado a platicar con sus padres de cualquier tema últimamente? Probablemente sus respuestas no sean positivas y lastimosamente quizá tampoco sea la única familia que atraviesa por esta situación. Y es que actualmente las familias están cada vez más dispersas, pues el ritmo de vida y otros factores se conjugan para hacer que el vínculo entre sus miembros se debilite, ya que la comunicación, un pilar de vital importancia en todas las relaciones humanas, es el principal ausente. La familia es la base de la sociedad, es el área más importante donde las personas se desarrollan y adquieren valores como la solidaridad, el respeto, la tolerancia y el amor, entre otros, por eso si no existe ese vital lazo de comunicación, las personas crecerán carentes de esos aprendizajes.
Antes las familias compartían juntas al comer, conversaban sobre diversos temas y salían más a disfrutar de paseos, hoy, por el contrario, los espacios destinados a esto son escasos, de ahí que sea tan importante sacar un momento para compartir, aun cuando las ocupaciones apremien.
Acelerado
El psicólogo Erick Quesada indicó que las exigencias actuales hacen que los padres y los hijos tengan horarios diferentes, por lo que no coinciden para estar juntos, también es común que los adolescentes se vuelvan autónomos y pasen más tiempo con sus amigos que con su familia. Para Quesada, también la situación tiene relación con la dinámica familiar, pues algunos núcleos familiares no mantienen la cultura de compartir, eso hace que los hijos crezcan sin reconocer la importancia de estar juntos, por lo que reproducen ese mismo patrón al formar sus familias. “Esa falta de unión y comunicación puede tener muchas consecuencias negativas, porque la idea de que los miembros de la familia compartan es crear un clima de confianza, que cada uno sienta que puede comunicarse adecuadamente con sus hermanos, el papá o la mamá. Se trata de establecer vínculos más fuertes de apoyo y ayuda”, manifestó Quesada.
Si los integrantes no encuentran ese apoyo en sus propias familias lo buscarán en otras personas, por ejemplo, los adolescentes pueden llenar ese vacío en sus amigos, lo cual los puede llevar a tomar decisiones equivocadas o recurrir a mecanismos no sanos, de igual forma la falta de comunicación conlleva problemáticas dentro de la pareja.
Núcleo vital
Quesada afirmó que la familia debe ser el espacio donde el ser humano se desarrolle desde temprana edad, adquiriendo valores y habilidades para desenvolverse positivamente en la sociedad, esa unión, que debe existir, permite formar personas responsables.
“En la familia es donde las personas aprenden a desarrollar vínculos y a adquirir valores, es donde se aprende a respetar, a amar, a ayudar, a compartir y a considerar, por eso la familia es vital en el proceso de socialización de los seres humanos”, aseveró el especialista. Existen indicadores que evidencian ese debilitamiento que se está dando en las familias, como los son los altos índices de violencia, la drogadicción, los niños en las calles y ese irrespeto hacia la vida que hoy día se ve con tanta frecuencia en nuestro país. “El tiempo es importante, pero más la actitud de las personas. Hay papás que tienen todo un fin de semana para compartir, pero si no invitan con su actitud a compartir con ellos no es posible establecer esa comunicación. Es importante compartir aunque sea dos horas pero de calidad, donde haya confianza y se pueda hablar abiertamente, los padres autoritarios y críticos alejan a los hijos”, aseguró.
Espacios
Por su parte, la psicóloga de Enfoque a la Familia, Katia Morales, comentó que se ha perdido el sentido de estar en familia, pues ahora los integrantes están más involucrados en sus cosas y se olvidan de compartir, pero también esto ha ocurrido porque no se le ha tomado la importancia que merece. “La familia sigue siendo el principal agente que influye en las personas, por eso debe ocupar el lugar más importante. El problema es que los mismos padres delegan a otros la transmisión de valores y educación, cuando son la fuente principal en ese aprendizaje”, manifestó Morales. La especialista dijo que es necesario sacar espacios para que la familia comparta, incluso debe haber autoridad de los padres a fin de luchar contra las amenazas y los factores externos para poder crear esas oportunidades de estar juntos, lo ideal es que se haga desde siempre, pero nunca es tarde para valorar lo importante que es la familia.
Tomado de www.prensalibre.co.cr