Tercera edad y orientación sexual

Tercera edad y orientación sexual


Por Dr. Erick Quesada*

Antes de hablar de orientación sexual y tercera edad, es importante señalar que el componente sexual se mantiene activo en los seres humanos hasta el final de sus vidas. La sexualidad es un tema tabú, mediatizado por una serie de distorsiones que no pocas veces provocan miedos, ideas erróneas, dudas y fuertes sentimientos de culpa en las personas.

En este sentido, se nos ha hecho creer que los seres humanos, luego de cierta edad,  sufren una disminución significativa e incluso la desaparición del deseo sexual, lo que no es necesariamente cierto. Si bien se sabe que con el pasar de los años las personas experimentan cambios en su respuesta sexual, esto no tiene por qué afectar su deseo sexual, ni su capacidad para disfrutar del encuentro íntimo con otras personas.

Más bien, esto podría responder a una demanda social con un trasfondo moral: “las personas adultas mayores no deberían sentir deseo”; como si esto resultara algo inadecuado o vergonzoso.  El tema de la sexualidad aplica a todas las personas por igual, sin importar su orientación sexual e identidad de género. A pesar de que giran una serie de mitos y distorsiones sobre las personas gais, lesbianas, bisexuales y transgénero (travestis, transformistas, transexuales  e intersexo) con respecto a su sexualidad, lo cierto es que cuentan con el mismo derecho y las mismas capacidades para llevar a cabo una vida plena y saludable en este ámbito de sus vidas.

Dado que se ha demostrado que la homofobia internalizada (el miedo y rechazo que la pesona gay, lesbiana, bisexual o transgénero experimenta hacia sí misma) está en íntima relación con la puesta en acto de conductas sexualmente riesgosas, en la actualidad se insiste en que las personas adultas mayores pertenecientes a esta población tengan muy en cuenta las prácticas sexuales seguras, pues igualmente corren el riesgo de infectarse con alguna infección de transmisión sexual (ITS) y/o con el VIH-SIDA.

* 8827-6174