• Es más que regalos y fiestas
Descubra el sentido de la Navidad
• Esta época está llena de alegría, diversión, obsequios y decenas de actividades sociales, pero lo ideal es que tome aunque sea unos minutos para reflexionar sobre qué es realmente la Navidad
Angie López Arias
alopez@prensalibre.co.cr
Con la llegada de la Navidad todo se inunda de luz, color, alegría y diversión; las personas andan en busca de los obsequios que regalarán a sus seres queridos y planean desde ya las actividades a las que asistirán con motivo de las celebraciones de fin y principio de año.
Sin embargo, en medio de todo el trajín, se deja de lado el verdadero sentido de la Navidad por lo que no se destinan aunque sea unos pocos minutos para meditar y reflexionar acerca de lo que realmente es importante en la vida, como lo es la familia, la salud y el amor.
Lastimosamente, el sentido de la Navidad se ha perdido y por eso se ha vuelto una época comercial y llena de superficialidades que solo dejan un vacío en las personas porque se preocupan por lo que no tienen pero no valoran las cosas hermosas que tienen y que cuentan un precio que no se puede medir.
Para el director de Enfoque a la Familia Costa Rica, Sixto Porras, la Navidad debe ser un momento donde la familia es la prioridad, es un tiempo para reflexionar sobre lo vivido, es una oportunidad para enriquecer el diálogo interno, eso que por la premura de lo urgente no se experimenta y es también un tiempo para pedir perdón y perdonar.
Regalos valiosos
Porras dijo que el destino final de todo regalo es el corazón, por eso sobra la envoltura y por tal razón los regalos más valiosos que se reciben no pueden envolverse.
“El regalo adquiere su valor a partir del afecto y del apoyo expresado. No hay regalo si solo damos sin darnos a nosotros mismos. Todo regalo está incompleto, si solo tiene un valor económico, o formal. El regalo está completo cuando nos damos a nosotros mismos, en afecto, emoción y amor”, indicó Porras.
Los regalos no necesariamente tienen que significar algo, es decir, no tienen que ser algo material o palpable pues pueden ser tan simples pero tan hermosos como una llamada inesperada, un consejo oportuno, un abrazo sincero o un gesto espontáneo, con ello se transmiten sentimientos de amor y cariño.
“Lo importante, es que se tiene una riqueza interna que puede compartir con los demás, dejando una huella de gratitud en el corazón de los que le rodean. Darse a los demás con un espíritu de humildad, servicio, simpatía y amor, es compartir un obsequio que nadie puede robar, que no se deteriora, no pasa de moda, le gusta a cualquier tipo de persona, es para todas las edades y lo puede dar en cualquier ocasión”, puntualizó.
Más que pensar en un regalo esta Navidad, es recomendable pensar y analizar si las actitudes que se han tenido para con los demás son las idóneas, eso permitirá encontrar fallos para poder así corregirlos a fin de procurar ser una mejor persona, ese es un regalo que muchos agradecerán.
Reflexiones
Por su parte, el psicólogo Erick Quesada dijo que si las personas son creyentes hay todo un trasfondo de la época ya que es el nacimiento de Jesús y por eso se celebran los valores que él trajo al mundo como la solidaridad, el respeto, el amor, la comprensión, la tolerancia y otros más que si se practicaran, habría una sociedad mejor.
“No tiene nada que ver con la forma en que se vive ahora que es dinero, diversión, gastos, fiestas y vacaciones. Si la persona no es religiosa es una época para replantearse metas y sueños, donde puede cuestionarse qué valores rigen su vida, si el estilo de vida es el que realmente quiere vivir y si realmente hace algo importante por sí mismo”, manifestó Quesada.
El especialista agregó que es importante hacer un balance del año que está acabando y ver qué metas se lograron alcanzar y cuáles no, también qué errores se cometieron y cómo los puede enmendar y hacer una proyección para el año entrante sobre que se quiere hacer y qué cosas se desean lograr.
Es importante hacer un cambio porque tristemente se vive en una cultura donde el consumir y el tener es lo único gratificante, lo cual si bien lo es, desde el punto de vista de la psicología humanista solo son satisfacciones pasajeras que no son permanentes ni consistentes.
“El ser humano necesita satisfacciones duraderas, como el estar alegre porque este año se hizo lo que se quería hacer, porque se alcanzaron los objetivos propuestos, esto hace que las personas crezcan internamente. Pero la cultura ha enseñado a que se trabaja solo para tener dinero entonces se crea un vacío porque las personas no le encuentran un sentido a sus vidas”, añadió Quesada.
Consumismo
La psicóloga Marielos Hernández expresó que el consumismo promueve que la gente haga representativas ciertas fechas, el problema es que se distorsionan valores, además solo se promueve la entrega de regalos, cuando mediante un beso o un abrazo se pueden transmitir diversos sentimientos.
“Se traduce en alegría la obtención de las cosas materiales, se entra en una competencia descarnada, lo que depara infelicidad porque terminan siendo regalos vacíos en cuanto a significado. Se ha distorsionado mucho la Navidad, se habla de San Nicolás y se consumen frutas que no son propias, es un consumismo que nos hace sentir defraudados”, indicó.
El padre Juan Luis Mendoza explicó que hay que distinguir litúrgicamente entre adviento y Navidad. El adviento son cuatro semanas de preparación para la Navidad simbolizadas en cuatro candelas de la corona, pero debido al consumismo se anticipa la época. “El adviento es un tiempo espiritual de preparación para la Navidad, pero debido al materialismo que carcome a la sociedad se ha desvirtuado el sentido. El adviento es tiempo de invitación a la conversión, al cambio de vida y a la reflexión, pero es todo lo contrario, hay muchas fiestas que atraen a la gente y las personas van menos a misa”, indicó Mendoza.
Tomado de www.prensalibre.co.cr